Una sonrisa amable nos recibió al llegar; al sentarnos nos dieron la bienvenida a ese lugar y nos entregaron la carta, aunque la verdad no fue necesario, ya sabíamos que íbamos a ordenar.

Nos habían recomendado la Tiranoburguer y el Brontoperro, aunque no negamos que pensamos en pedir algo más,  pues la ambientación con las fotos y el olor nos hizo dar más hambre.

 

Teníamos en mente lo que nos habían dicho: “la comida de allá es demasiado grande”, pero no sabíamos qué tanto. Aún recuerdo la cara de impresión del mesero al hacerle el pedido, pues su cara la acompañó diciendo: “eso es mucho para ustedes dos” y, nosotras solo le respondimos “nosotras comemos mucho”.

 

Él tomó nuestra orden y siguió atendiendo las otras mesas, pues ese día habían muchos clientes. Mientras esperábamos la comida nos dejaron grabar el proceso,  primero fue el Brontoperro, superaba los 50 centímetros. La cara nos cambió por completo y pasó a ser una cara de preocupación; luego era el turno de la Tiranoburguer, era sin mentir el remplazo de 3 hamburguesas sencillas de las que venden en los carros de comidas de la calle, era impresionante su tamaño.

 

Los trabajadores nos miraban y sonreían diciéndonos: ¿qué van hacer?. Al ver el tamaño de la comida decidimos llamar a dos amigos que son de muy buen comer; la comida quedó intacta por un buen rato, pues estábamos esperando a que ellos llegaran, se demoraron más o menos 10 minutos, y la cara de sorprendidos apenas vieron la comida fue la misma, hasta risa nerviosa nos dio a todos al ver todo lo que nos esperaba.

 

Pedimos cuatro tenedores y empezamos a comer, primero nos comimos el Brontoperro, luego comenzamos con la Tiranoburguer; nosotras ya no podíamos comer más de lo llenas que estábamos, aunque ellos continuaron dejando un poco menos de la mitad.

 

Nuestra cara de asombro fue siempre la misma y más aún cuando entre cuatro no fuimos capaz de comernos todo lo que habíamos ordenado y, fue ahí cuando la sonrisa alegre que nos recibió en un comienzo, mirándonos acentuó “¿les quedó grande?”.

 

Sonrisas, miradas y expresiones de asombro, acompañaron esa noche, en medio de dinosaurios y mucho color verde. Quedamos satisfechas con la atención y el sabor de aquel lugar, un lugar prehistórico llamado Los Verdes.